El aula de clases es un campo de batalla, es una pequeña comunidad con sus propias reglas de juego, es una muestra de la realidad que a veces como profesores, olvidamos. Al cerrar la puerta, abrimos la mirada a otro mundo separándolo del que está afuera. Esa puerta es la conexión a nuestra vida diaria.
En medio de exposiciones, quices, cátedra y lecturas, muchas veces la realidad se abstrae y parece desaparecer por un momento. Si bien es cierto que cada actor del aula es dueño de un mundo, cuando se cierra la puerta parecen sintonizarse todos a una misma frecuencia.
Como afirma Paulo Freire educandos y educadores, estamos en la obligación de hacer del aula una extensión de la realidad y seguir separando el salón de clases del mundo al cual pertenecemos.
Comentarios
Publicar un comentario